
Aplicaciones de la técnica de EMDR
La aplicación de la EMDR se ha extendido a un amplio rango de problemas clínicos, más allá del estrés postraumático (simple o complejo).
Es un abordaje de elección para el tratamiento de las dificultades emocionales causadas por accidentes o experiencias difíciles de la vida, en la infancia o en el presente, además de los trastornos de personalidad, traumas, dificultades relacionales, de apego, de abandono en niños adoptados, adicciones, ansiedad y ataques de pánico, TOC y hipocondria (trastorno de ansiedad por enfermedad), trastorno por estrés post-traumático, problemas psicosomáticos, fobias, duelos patológicos y gestacionales, abusos sexuales en la infancia, maltrato y depresión, trastorno bipolar y de la alimentación.

La meta de la EMDR es la resolución adaptativa, la reducción de los síntomas, el cambio de creencias y lograr un mejor funcionamiento en la vida cotidiana.
También se utiliza para aliviar la fobia a hablar en público, así como para conseguir objetivos y una mejora en el rendimiento en el trabajo, oposiciones, deportes o interpretación artística. La meta de la EMDR es la resolución adaptativa, la reducción de los síntomas, el cambio de creencias y lograr un mejor funcionamiento en la vida cotidiana.
Puede durar desde 3 sesiones, en trauma simples, a más de un año en problemas más complejos, pero, en general es un método óptimo porque acorta el tiempo de terapia y sus resultados son muy estables en el tiempo.
Autor: Miriam Ferrando